Cuando hace frío la mayoria de las cosas van más deprisa o llegan antes, me refiero a las casualidades. Me encanta que haga frío.

Ya no quedan casualidades buenas. La culpa es mía, que las gasté muy rápido.

Todo caduca con el tiempo. El amor también. La gasolina del coche, por ejemplo: si olvidas que se va a acabar, te dejará tirado en medio del campo.
- Yo te voy a querer siempre, y si se acaba la gasolina me muero.

¿Tú conoces algo que dure siempre?

(Estoy esperando la casualidad de mi vida. La más grande).

El retrobament es podria explicar estil sinopsi d'una pel·lícula: un cap de setmana en el que unes amigues van a veure la seva companya universitària que es casa, fan una barbacoa sota el bon temps de la primavera, riuen i es fan fotografies, van de compres, miren pel·lícules tontes, i parlen del passat, del present i del futur. Que si recordes aquell professor o què se n'ha fet de tal de la classe, què ens posem aquesta nit i com serà el teu vestit de boda. M'agrada veure que hi ha coses que no es perden, tot i el pas del temps. Serà el primer cop que una amiga es casa i fa basarda i il·lusió, imaginar-la a ella i a nosaltres, algun dia.

Barbara (Ava Gardner) y Mark (Robert Mitchum) están locamente enamorados pero, por un mala jugada de su primo, ambos se separan. Cuando Mark vuelve de viaje, no lo hace solo: ya está casado y Barbara se siente traicionada. La bella joven no podrá evitar sentir celos y despecho y llevará a cabo su venganza con la ayuda, precisamente, de su malvado primo.

Odio y orgullo (My forbidden past) es una película que me ha sorprendido gratamente. Ava Gardner interpreta su papel de forma deliciosa. El espectador ve cómo su moral queda en segundo plano debido a sus celos irracionales y el ansia de recuperar lo que le pertenece. A medida que avanza la película, ella se va dando cuenta de sus errores desde el principio de su historia, como que había mantenido su relación con Mark en secreto, por miedo a lo que pensaran los demás, cosa que más adelante él le reprocha y ella reconoce que tiene razón. Ambos pierden el amor por orgullo, odio... quizás fatalidad.

Fotografía: Claqueta

No cabemos los dos en la misma casa. Debería llamar al servicio de overbooking de malas vibraciones para que se llevaran en una caja todos los malentendidos, los recuerdos amargos, las espinas clavadas de todo lo que no hemos podido hacer y de lo que hemos hecho mal, los celos, las palabras selladas, las mentiras, los chupitos que he bebido para olvidar, los gestos de desdén, los desaprovechados momentos, la despreocupación en los momentos más difíciles, meterlo todo allí y atarlo tan fuerte que mueran asfixiados, deshauciados, como yo, en este tejado de zinc cada vez más caliente.

"Living with someone you love can be lonelier than living entirely alone if the one that you love doesn't love you".

Un sistema de desvínculos: para que los callados no se hagan preguntones, para que los opinados no se vuelvan opinadores. Para que no se junten los solos, ni junte el alma sus pedazos.

El sistema divorcia la emoción y el pensamiento como divorcia el sexo y el amor, la vida íntima y la vida pública, el pasado y el presente. Si el pasado no tiene nada que decir al presente, la historia puede quedarse dormida, sin molestar, en el ropero donde el sistema guarda sus viejos disfraces.

El sistema nos vacía la memoria, o nos llena la memoria de basura, y así nos enseña a repetir la historia en lugar de hacerla. Las tragedias se repiten como farsas, anunciaba la célebre profecía. Pero entre nosotros, es peor: las tragedias se repiten como tragedias.

(Eduardo Galeano, El libro de los abrazos)

"Cuando una mujer se nos mete en el corazón difícilmente se la puede desterrar de él. Es como la brizna de manzana que se introduce entre los dientes. Ni el recurso de arrancarla con un trozo de celofán de un paquete de cigarrillos da resultado", dice Burt Lancaster en El abrazo de la muerte. Esta película de cine negro retrata la relación turbulenta entre Steve y Ana, su ex mujer que encarna la figura de la femme fatale, unidos ambos por un estrecho vínculo de pasión, destino e intereses.

El filme se divide en dos: una primera parte -la más importante- en la que se cuenta el regreso de Steve a su casa de Los Angeles y, sobre todo, su reencuentro y su obsesión con Ana, y una segunda y última parte enfocada a un atraco, que ya se apunta al inicio. El abrazo de la muerte es una obra maravillosa que no hay que perderse.

"Yo nunca ambicioné el dinero, sólo te quería a ti".

Fotografía: CinETsi

M'agrada la idea dels somnis com pedaços de tela que s'intercanvien en un gran mercat ple de colors i ombres. Que ella avui prefereix un somni enlluernador que la faci riure enlloc del seu, tenyit de malenconia i de tantes coses que desgraciàdament reconeix. Aquell d'allà en sosté un de ciència ficció, content d'haver-lo trobat després de moltes voltes, en canvi, un de més enllà porta un forat negre del que no aconsegueix desfer-se. De sobte algú li pren de les mans el seu somni gris, algú que es pensa que és seu perquè el somnia.

(basat en un microrelat d'El libro de los abrazos d'Eduardo Galeano)

Les dents des femmes sont des objets si charmants...

... qu' on ne devrait les voir qu' en rêve ou à l'instant de l'amour.

Si belle! Cybèle?

Nous sommes à jamais perdus dans le désert de l'éternèbre.

Qu'elle est belle

Après tout

Si les fleurs étaient en verre

Belle, belle comme une fleur de verre

Belle comme une fleur de chair

Il faut battre les morts quand ils sont froids.

Les murs de la Santé

Et si tu trouves sur cette terre une femme à l'amour sincère...

Belle comme une fleur de feu.

Le soleil, un pied à l'étrier, niche un rossignol dans un voile de crêpe.

Vous ne rêvez pas.

Qu'elle était belle.

Qu'elle est belle.

(Cortometraje del fotógrafo Man Ray basado en el poema de Robert Desnos)

Fotografía: vapors and visions

No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.

(Eduardo Galeano, El libro de los abrazos)

Molts cops les coses són el que semblen, per molt que diguin que no. Tot passarà, i la pluja i els trons també, però ara per ara em fan certa companyia. Que al final tenia raó. Vaig sortir de Torrente 4 dient "és molt dolenta, sí, però m'ha fet riure". I tot i que sempre hi ha algú que t'espatlla la festa, com els de darrere del cinema que eren el més pur estil de Princesas de barrio i aquestes coses -van llançar una paperina de palometes contra l'acomodador!-, al final la teràpia ens va servir a tots plegats, o això crec. Puntualment va bé adjuntar un conjunt de despropòsits i riure de la mà d'algú i amb les mirades de complicitat dels que t'estimes.

Kylie Minogue deslumbró ayer con su concierto en Barcelona, comparable al espectáculo de Lady Gaga en diciembre. La cantante utilizó el mundo griego para escenificar sus canciones: un templo de fondo, ella de Afrodita, musculosos luchadores arrastrándola con un carruaje, una concha enorme de donde apareció ella al prinicipio, un caballo dorado, un hombre ángel que la hizo volar por medio escenario... También revivió el estilo de los 80, en algunos momentos a un ritmo muy discotequero y rockero, y con pocos momentos intimistas. Sonaron sus canciones más míticas - Come into my world, Love at first sight, Spinning around, Can't get you out of my head...- así como las de su última disco como Illusion o el hit Get outta off my way. Y con un final apoteósico con fuentes de agua a ritmo de On a night likes this y All the lovers como guindilla. En definitiva, una puesta en escena espectacular -con un toque kitsch- que no dejó indiferente a nadie.

Asimismo hubieron un par de momentos de complicidad de Kylie con el público. Cuando cantó Cupid boy aparecieron imágenes de fondo de su pareja actual, el modelo catalán Andrés Velencoso, y el público estalló de euforia; más tarde, cuando ella se enorgulleció de tener família esa noche en el Palau Sant Jordi, "sobre todo una persona", recalcó, "mi cupid boy", que estaba en el público y que pese a ser "tímido", ella fue en su busca y se besaron.

La Martirio cautivó ayer por la noche en El Molino con su voz, su buen humor y sus divertidas y melancólicas canciones, con risas y ojos húmedos entre "Mi marío tiene, por fin, la tarde libre, y a empujar los carritos, que ole, nos vamos al hiper" y "Aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor" (Volver) y "Que primero hay que saber sufrir, después amar, después partir...". Destaco la magnífica Quisiera amarte menos, una de mis preferidas, con aquella frase de que siempre en el amor hay uno que entrega su vida y el otro sólo se deja querer.

Arropada por un público mayoritariamente gay, la Martirio hizo un repaso por su carrera a través de sus canciones más míticas: Romance de la rosa, El productor, Naranjo en flor, Las mil calorías, Ojos verdes, María la portuguesa... La Martirio -o también La Molinera, como ayer algún seguidor la nombró- destiló arte y sentimiento en Barcelona.

Aquella noche hacían cola los sueños, queriendo ser soñados, pero Helena no podía soñarlos a todos, no había manera. Uno de los sueños, desconocido, se recomendaba:

- Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar.

Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía al sueño bobo, que siempre volvía, ese sueño pesado, y a otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar.

(El libro de los abrazos, Eduardo Galeano)