Problemas con el amor y demás

El deseo es la contraposición de la muerte, dice Blanche (una Vivien Leigh irreconocible) en Un tranvía llamado deseo de Elia Kazan. Blanche es una mujer histriónica, 'desequilibrada', que lucha por mantenerse a flote, psíquica y físicamente. Obsesionada con su aspecto, no quiere salir a la calle sino es de noche y siempre se viste como una princesa (este miedo a envellecer me recuerda a El retrato de Dorian Gray). Leigh encarna a una mujer delicada que, perseguida y trastornada por un recuerdo, se dirige a casa de su hermana en un tranvía llamado Desire. Su hermana vive con su marido, interpretado magníficamente por Marlon Brando (que no entiendo cómo no se llevó el Oscar), un hombre atractivo, pero tosco, bárbaro y cruel. Él y todo su entorno conforman un mundo agitado (machista, ruidoso, sin intimidad...) que perjudica la estabilidad de Blanche y que entre todos la llevarán al límite.

Adivina quién viene esta noche muestra el alboroto familiar que provoca la decisión de Joey, una chica blanca de 23 años, de casarse con John, un hombre negro de 37 años. Como dice un personaje: y todo el escándalo por un 'problema' de pigmentación. Es una película entretenida, sencilla y nada pretenciosa, que gira alrededor del racismo y las reservas enfrente a lo desconocido, así como las diferencias entre generaciones. El film, de 1967, ganó dos Oscars: uno a mejor guión original y otro para Katharine Kepburn como mejor actriz.

Fotografía: Guión original, blogdaddy