El pasado se relaciona con el fenecimiento, la pérdida, el dolor, el recuerdo. El presente sugiere un placer, y también un dolor, que nos hacen sentir vivos; un presente sujeto entre el ayer y el hoy, con un futuro que asoma y que sentimos deseos de planear, quizás sobre todo cuando se acerca la muerte. Uncle Boonmee who can recall his past lives (El Tio Boonmee que recuerda sus vidas pasadas), de Apichatpong Weerasethakul, se estrenó este pasado viernes en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges y el director, que estaba presente, dijo que el público la calificaba de múltiples maneras: desde drama a cómica o fantástica con su presencia en el festival.
El presente de Boonmee está marcado por su grave enfermedad renal que le lleva a reunir a su gente y a planificar el futuro sin él. El pasado, por su parte, envía fantasmas al tío, como su hijo desaparecido o su mujer muerta, y vivos y muertos se reúnen alrededor de una mesa; para mí es de las mejores escenas, con un aire de serie B intrigante, místico y divertido a la vez. Una película "con la que hay que dejarse llevar", según palabras del director, una historia que narra el ciclo de la vida en su más pura esencia, volviendo al origen de todo, a ese sentimiento de universalidad (la naturaleza y los hombres, todos somos uno; así como que no existe un tiempo real, sino todos los tiempos posibles en uno). Quizás un guiño a la posibilidad de la reencarnación. Un homenaje a la selva, al misterio y la espesura de la vida, siguiendo la brillante estela de Raya Martin en Independencia.
Fotografía: El séptimo arte
3 Responses to 'Tiempo de vivir, tiempo de morir'
Comment by Estike.
creo que le das demasiadas vueltas buscando la lógica de cada uno de los elementos de la película cuando, y en boca del mismo director, hay que dejarse llevar, sin tener que pensar en una interpretación coherente. Tanto el budismo (el guiño que comentas de la reencarnación) y la metafísica (la conexión hombre-naturaleza) son temas importantes; personalmente me gustó mucho el viaje que emprende el protagonista hasta lo más profundo del bosque para llegar a una cueva, cueva que recuerda a un útero materno, simbolizando el inicio de un viaje y que es justamente allí donde debe finalizar.
Comment by Marta M.Q. .
Uno de mis defectos es que lo analizo todo mucho. Sí, es bonita esa muerte simbólica, acompañado de los suyos a través de la complicada selva.
PD: Me recordó mucho, no sé si era en esa escena, el mito de la caverna de Plató.
Aquest és el post número 200!
Comment by Estike.
yo estoy convencido que el director se fijó en Narayama bushiko, de Kinoshita (y luego también Imamura), para hacer ese viaje hacia la muerte. En la historia de Kinoshita, la protagonista emprende el mismo viaje cuando siente que sus horas se acaban, con tal de salvar su alma y pueda descansar en paz, cuerpo y alma, en el monte de Narayama, donde yacen los restos de todos sus familiares y personas queridas.
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