Pequeñas mentiras 'sin importancia'

Hay dos botes de arroz blanco: en uno pone Te quiero; en el otro, Te odio. En cada uno vuelcas tus emociones, cada día, a uno le susurras y a otro le gritas; al final el último bote sólo contendrá arroz negro. Pequeñas mentiras sin importancia es una buena radiografía de la vida, de los buenos momentos como las risas con sabor a sal con los amigos de vacaciones, así como de los amargos, como las alusiones y recuerdos de un compañero hospitalizado en pleno viaje de desconexión. Guillaume Canet, conocido por su faceta de actor, ha sabido plasmar como director las complicadas vidas individuales y colectivas, como las relaciones de amistad o de pareja.

Max, un hombre adinerado, invita como cada año a sus amigos a su casa situada en la idílica de Lège-Cap-Ferret, en Francia. Sin embargo, este viaje despertará inseguridades, rencores, culpabilidades y deseos. La historia contiene buenas actuaciones (con una siempre deliciosa Marion Cotillard), buena música (preciosa la escena Talk to me), buen equilibro de risas y lágrimas. La película bebe, sin duda, d'Éric Rohmer y sus historias veraniegas, pausadas y realistas en la campiña francesa y en un ambiente que invita a la relajación y a la reflexión.

Fotografía: La chica del flequillo

PD: Entre oci i negoci, no he pogut actualitzar abans!