Quizás en el próximo tren...

Nos pasamos la vida esperando. Esperando ser mayores, esperando el gran amor, el trabajo ideal... la felicidad. Hachiko, siempre a tu lado muestra la espera paciente, leal, inquebrantable, de un perro hacia su dueño en una estación de tren. Él, como nosotros, se pregunta que quizás en el próximo tren esté la respuesta, la solución... aquella persona que andamos buscando.

Este remake americano es más optimista, menos dramático y le da otro punto de vista a la película japonesa original de finales de los ochenta. Las dos películas me han gustado; son como dos caras de la misma moneda. En el film que tiene como protagonista a Richard Gere, el perro deja de ir un día a la estacion por celos, como una mujer (en la original, es su esposa que está celosa de las atenciones de su marido hacia Hachi, no al revés). Aquí el profesor Parker no desatiende a su mujer (quizás algo al principio pero después se acerca a ella con más fuerza). Otro aspecto distinto es la actitud de la hija de Parker: porque le recuerda a su padre, quiere al perro con ella, no como en la antigua película, que por el mismo motivo lo ignora. Aquí nadie desprecia a Hachiko, al contrario. En el remake la parte más amarga se deja a un lado y se evita el drama. Así como el punto final también es esperanzador y te deja una media sonrisa. Después de la muerte, la vida no sólo continúa en el cielo, sino también en la tierra...

Fotografía: Wikimedia Commons